sábado, 22 de septiembre de 2018

Un violador "transgénero" fue recluido en una cárcel de mujeres y abusó de las presas

Por Guillermo Rosero

La ideología de género parte de la base anti-científica y meramente ideológica de que nuestra sexualidad humana carece de componentes biológicos e innatos que la determinen; de este modo, según esta ideología, no nacemos con un género determinado (hombre o mujer), sino que directamente somos nosotros quienes con base en nuestras experiencias y nuestra personalidad, decidimos o elegimos qué somos. Para los ideólogos del género, no nacemos con un sexo biológico (y por ende una sexualidad determinada) sino que se nos asigna uno al nacer. No se dice: «nació niña», sino: «le asignaron el género femenino», haciendo que la identidad sexual sea profundamente frágil y “líquida”. Además se sujeta a cambios basados no en hechos comprobables sino en meras subjetividades y, peor aún, sujetas a manipulación mediática e ideológica.

Ya no solo se habla de que un hombre se “crea” mujer como consecuencia de esta ideología, se ha llegado al punto de que un hombre se “crea” mujer un día, al otro hombre y al otro “neutro”, algo así como el trastorno bipolar pero aplicado a la identidad sexual (esto se conoce como “género fluido”). La gravedad de todo esto es que los problemas de estas personas relacionados con su identidad son socialmente concebidos como algo natural y correcto. En otras épocas si alguien decía que siente una desconexión entre su sexo biológico y su mente, sería motivo de una visita segura al psiquiatra; hoy, sin embargo, son celebrados con marchas multicolor, con fondos públicos, con todo el poder mediático y, lo PEOR de todo, son convertidos en leyes, de tal modo que estas ideologías son parte de las políticas públicas de los estados y están dentro del ordenamiento jurídico de occidente (incluido Colombia).

Resumiendo: si un hombre dice que en realidad es una mujer, no solo tenemos que aceptarlo como algo normal y correcto, sino que, además, por medio de la presión y la represión estatal tenemos que hacer parte de su auto-percepción. Estamos, hoy por hoy, obligados como sociedad a decirle a un hombre de 60 años con 2 hijos y una esposa que en realidad es una mujer lesbiana (si este así nos los quiere hacer creer). Suena absurdo, ¿no? Bueno, es lo que ya está ocurriendo.

Por ejemplo, hace unos días se reportó una noticia según la cual un hombre de 52 años, Stephen Wood, nacido en el Reino Unido, que había sido condenado por tres violaciones cometidas en el año 2016 y posteriormente sentenciado a pena de prisión, astutamente se amparó en la ley de identidad de género (que dice que nosotros elegimos nuestro género independientemente de lo que somos), declaró que en realidad era una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre. Ni siquiera se sometió a una cirugía, simplemente se disfrazó vagamente de mujer. A la espera de la sentencia, las autoridades lo enviaron a una cárcel femenina asumiendo que un abusador de mujeres en realidad es una mujer transgénero. Como era de esperarse, a los pocos días Stephen Wood (ahora llamado Karen) abusó sexualmente de las reclusas. Las acusaciones incluyen denuncias de acoso sexual, toque indebido, exhibición de sus genitales y comentarios inapropiados sobre sexo oral. Este hombre, en su defensa, afimró que no le atraían las mujeres, cuando paradójicamente fue condenado a prisión ¡justamente por violar mujeres!

El caso revivió el debate sobre si la declaración personal de género es suficiente para que un transgénero sea recluido en una cárcel de mujeres. Reino Unido adoptó guías recomendando que, en general, el sitio de reclusión de presos coincida con el género que expresan (o sea, lo que dicen ser), motivo por el que Wood, que tiene esposa y un hijo, fue enviado a una prisión femenina.

Este es el nivel de esquizofrenia en el que estamos viviendo: un violador de mujeres de un día a otro decide que es mujer, las autoridades lo aceptan, lo envían a una cárcel femenina y pasa lo que el sentido común nos dice que pasaría: ¡abusa mujeres!

Este es un claro ejemplo de los peligros de admitir la ideología de género. Es una ideología sin límites, cualquier cosa podría pasar, el día de mañana un hombre de 50 años podría decir que en realidad es una niñita de 6 años, decir que es “trans- edad” y abusar de niños. Aunque suene excesivo es un caso que en realidad es bastante factible dados nuestros tiempos.

Las leyes de identidad de género ya están aprobadas en Colombia: por un lado, el decreto 762 del 7 de mayo de 2018 -con el título de política pública LGBT- sumerge esta ideología a todos los intereses públicos de la nación, y por otro, el decreto 410 del 1 de marzo de 2018 que, bajo el slogan aquí entran todos, lleva a todos los espacios públicos del país estas políticas.

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